lunes, 17 de enero de 2011

Un poeta por sorpresa

Había una vez  un señor que le llamaban el viejo de la ciudad, porque tenía muy mal carácter,  un día estaba en su casa escribiendo cartas para su hija que se fue  con su marido y hijos a vivir a otro país.
Mientras escribía cartas,  el escribía  preciosos poemas, un día recibió una carta de su hija diciéndole  que el escribía preciosos poemas y que debería apuntarse a una academia.
Un día llamaron a la puerta el no se pensaba quien seria, quien llamo a la puerta era un pequeño niño que se había perdido.
Y el viejo del pueblo todas las noches le leía unas de sus poesías y el niño le encantaba y cada vez que se las contaban el  niño siempre al final de las poesías se dormía.
Y pensaba el niño:
-        De todos modos el viejo del pueblo no es tan malo y hace unas poesías espectaculares.
Cuando el niño se despertó el viejo ya estaba escribiendo las poesías para leérselas al niño y también  escribirlas en la carta para su hija.
El niño quiso que el fuera su entrenador porque el quería ser poeta y le pregunto el niño:
¿Qué hay que hacer para ser poeta?
El contesto:
-        Solo tienes que sentir las letras en tu corazón
El niño respondió:
Vale, maestro pero me seguiría encantando  que tú serias mi maestro.
El contesto:
-        Yo claro que seré tu maestro
Y dijo el niño:
-        Yo no entiendo a la gente de fuera dicen que tu eres muy malo pero no es verdad yo creo que eres la mejor persona que ha existido.
Respondió el viejo:
-        Muchas gracias  por tu gratitud pero la gente si pensaran  lo mismo que tu… 
Y contesto el niño:
-        Igual si te pueden tener respeto.
Y dijo el viejo:
-        ¿Cómo lo vas a hacer?
Y contesto el niño:
-        Tú déjamelo a mí.
Y dijo el viejo:
-        Confió en ti.
De repente el niño abrió la puerta y llamo a toda la gente y se subió  a una caja.
-        Y dijo:
-        Yo he estado viviendo con el viejo 1 mes y todos los días por las noches me lee unos preciosos poemas, ha sido una de las personas que ha  hecho algo por mí, él para mi  unas de las personas que me han querido como nadie yo creo que le deberías tratarle con cariño porque es un buen chico y debéis perdónale si os ha hecho algo.
 Y poco a poco el niño se fue bajando de la caja y se fue donde el viejo.
Después de 2 semanas la gente fue entrando en la casa del viejo pidiéndole perdón por  todo.
Y si podían leer sus poemas a sus hijos.
El viejo como buena persona les dijo:
-        Yo claro que puedo leer mis poesías a sus niños.
Todos los señores y señoras dijeron:
-        Sentimos haber pensado mal de ti lo sentimos mucho viejo.
El viejo contesto:
-        ¿Por favor me podéis llamar  Santiago?
-        Es que es mi nombre ¿os importaría?.
La gente respondió:
-        Vale Santiago.
De repente alguien llamo a la puerta y nadie sabía quién, era un reportero que venía a decirle que había leído sus poesías y que le gustaría que fuera con él para leerlas en público.
Y el contesto:
-        Yo, claro que me gustaría ir a leer mis poesías.

Narrador:
Al final el viejo se hizo famoso y compro comida y todo para el pueblo donde vivía antes.
Firmado: Bob esponjana
         
                                                                                  


El tesoro de Drake

Un día de 2008, en un barco en medio del mar, había un caza tesoros y una periodista grabando con su cámara.
  El caza tesoros se llama Nathan Drake, siempre está metido en problemas, es alto y delgado con ojos verdes claros. Ella se llama Elena, era baja y periodista, no la gustaban las armas y quería mucho a su cámara. Ellos buscaban un tesoro que nadie ha visto nunca, la piedra Chintamani, para encontrarla necesitaban pistas, y fueron a por ellas.
Drake buceo para encontrar la tumba de Sir Francis que es uno de los caza tesoros que toco la piedra y la encontró.
Después vio la tumba y la cogió.
Cundo la llevaron a el barco y la abrieron, ¡estaba vacía!    
Después de haber fracasado con la tumba se fueron al lugar donde podría estar la piedra, Borneo.
Tuvieron que gastar muchas balas de pistola para acabar con los villanos pero, al final llegaron al lugar secreto, pero allí solo había pistas, que vinieron muy bien porque decía que la piedra estaba en lo alto de la montaña de Sambala, una ciudad rica.
Se fueron los dos allí en avión gracias a Víctor Sullivan, un amigo de Drake.
Cuando llegaron a Sambala vieron que todo era lujo, pero una parte era pobre y se fueron allí a buscar a piedra, allí avía un santuario en la que estaba la piedra protegida por criaturas malvadas con las que tuvieron que pelear.
Una vez ganada la pelea con sangre, sudor y lágrimas, cogieron la piedra y se la llevaron, pero esta historia no sería revelada para la seguridad de Sambala.
Autor: Aitor Tilla

Cuento de Yolanda

El príncipe que no sabía hablar

Había una vez un castillo que estaba en un pueblo que se llamaba “No me olvides”, porque como no vive nadie, no hay nadie y no hay nada excepto un príncipe que se llama El Príncipe Mudito.

Ese príncipe se llama así porque estaba mudo desde que nació.

El príncipe era: muy, muy alto, no era ni flaco ni gordo, tenía los ojos verdes, el pelo negro y corto.

El príncipe tenía ¡siete años!

El castillo en el que vivía el rey se llamaba “El castillo del príncipe mudito”. El castillo se llama así porque, como el príncipe era mudo, a sus súbditos tampoco les dejaba hablar, solo se comunicaban por lenguaje de signos los que saben, los que no saben se comunican escribiendo.

Al día siguiente era el cumpleaños del príncipe, cumplía 8 años. Invito a todos los Duqueses y Duquesas, Reyes y reinas, Príncipes y Princesas (Resumido, a toda la gente importante que él conocía)

Tanto esperar a que viniera toda la gente se hizo de noche y a su fiesta solo fueron sus padres, sus primos, sus tíos y sus abuelos, aparte de todos los del castillo. El príncipe se enfado mucho porque cuando se fue para la cama vio que no habían enviado las invitaciones.

Al día siguiente de su cumpleaños hizo como si anoche no hubiera visto nada y dijo al cartero real en el lenguaje de signos:

-¡Oye cartero real!, ¿le puedo hacer una pregunta?.

El cartero le dijo que sí.

-¿Tu ayer enviaste las invitaciones de mi cumpleaños?

El cartero real se quedo quieto y se fue corriendo, el príncipe se dijo para el mismo, estos carteros, no se puede fiar uno de ellos; todos los carteros reales que he tenido en mis últimos 3 cumpleaños me han hecho lo mismo.

Llamo a su padre y se lo dijo, el padre fue corriendo al castillo de su hijo y le dijo a su padre que se estaba cansando de esperar. El rey le dijo a su hijo que si el cartero volvía a aparecer por ahí: ¡llámame según le veas!, que le tengo que decir un par de cositas.

Cuando llego la hora de merendar el cartero llego y el rey llamo a su padre. Su padre vino corriendo y al cartero le despidió.

El cumpleaños le volvieron a celebrar al día siguiente; vio toda la gente importante y cumplió 8 años de nuevo. El príncipe estaba muy contento y comieron tarta de 3 clases: una de sirope de chocolate y galleta, la otra de limón y de caramelo y la otra de nata y vainilla.

Le regalaron un montón de cosas; casi no le entraban en el cuarto, aunque era bastante grande el cuarto del Principe Mudito.

Sus padres querían que se fuera con ellos al castillo, pero él no quería dejar su castillo. Al final los padres del Príncipe Mudito se fueron a vivir juntos al castillo del Príncipe Mudito.

Autora: Aqua Smith

Cuento de Cristian Toribio

Los tres hermanos

Érase una vez tres hermanos que se llamaban Pablo, Cristian y Borja. Vivian en el bosque con un temible lobo feroz.

Cuando los tres hermanos fueron al bosque a jugar se encontraron al lobo feroz y echaron a correr hacia su casa. El lobo les persiguió hasta que entraron a su casa.

El lobo fue a buscar otra presa para comer en el bosque, pero no encontró a nadie ni a nada.

Más tarde fue un amigo de la ciudad a llamar a los tres hermanos a su casa del bosque. Se fueron a jugar a la ciudad, por que pensaban que era mas seguro para ellos.

Cuando volvieron a su casa se encontraron con el lobo feroz, pero el lobo feroz no les atrapo.

Con su amigo jugaron en casa para estar súper seguros para que no les comiera el lobo feroz.

Cuando su amigo se fue a su casa no vio al lobo feroz; fue muy seguro hacia su casa.

Al día siguiente, su amigo volvió a subir hacia la casa de los tres hermanos, pero tampoco vio al lobo feroz. Cuando volvió a su casa de la ciudad vio al lobo feroz; fue corriendo hacia la ciudad y el lobo le perseguía hasta que llego a la carretera.

Los tres hermanos fueron a llamar al amigo a la ciudad para que el lobo feroz no se los comiera, cuando llegaron a la casa del amigo jugaron hasta que se hizo de noche y los tres hermanos se fueron hacia su casa del bosque.

Cuando el amigo fue otra vez a su casa vio al lobo y fue rápidamente a la casa de los tres hermanos. Los cuatro fueron a la ciudad a llamar al cazador para que matara al lobo feroz y que no diera más problemas en el bosque y en la ciudad.

El cazador llego al bosque para buscar al lobo feroz; le busco en la montaña, pero no estaba allí; le busco alrededor de la cabaña de los tres hermanos, por si estaba allí, pero no estaba; recorrió todo el bosque pero no estaba.

Se fue el cazador otra vez a la ciudad por que no le encontraba en el bosque. Si los tres hermanos le encontraban tendrían que bajar a la ciudad otra vez y avisar al cazador.

Los tres hermanos vieron al lobo y bajaron rápidamente a la ciudad para avisar al cazador de que habían encontrado al lobo feroz en el bosque.

El cazador fue rápidamente al bosque para matar al lobo feroz y no diera problemas a la gente del bosque y la de la ciudad.

El cazador fue al bosque y encontró al lobo feroz al lado de un árbol; le disparo y le mato; de esta manera se acabaron los problemas en el bosque y en la ciudad.

Autor del cuento: Cecilio Doroteo

Cuento de Iván Cayón


El penalti más largo del mundo

Erase una vez una persona que se llamaba Martin.
No era ni muy alto, ni muy bajo, era normal, con mucho pelo, con cejas un poco grandes y los ojos grandes. Era muy bueno con los niños y tenía 22 años.
 Vivía en un barrio que no era ni muy pobre ni muy rico. Vivía con su madre y su padre que se llamaban: el padre Lucas y la madre Selena.http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT4Bje_QAp8TJ01xUEmWoiPR3rcYGIUWdW9Xp_53FG1hsuE2nkWyAhttp://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT4Bje_QAp8TJ01xUEmWoiPR3rcYGIUWdW9Xp_53FG1hsuE2nkWyAhttp://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT4Bje_QAp8TJ01xUEmWoiPR3rcYGIUWdW9Xp_53FG1hsuE2nkWyA
Jugaba al fútbol; no es demasiado bueno pero jugaba en un equipo que se llamaba Los Colmeneros y era portero. Cuando estaba jugando la final, iba a lanzar el penalti de la victoria, pero de pronto unos hinchas echaron la valla abajo y se suspendió.
Al día siguiente fue al bar de debajo de su casa para ver si llegaba el entrenador y decirles que pasaba con el penalti.
Al cabo de media hora el entrenador llego; cuando entro por la puerta dijo: “el penalti se hará el Sábado a las 11:30 de la mañana a puertas cerradas; tiras el penalti y nos vamos”.
Fue al salón y estaba Lucas y Selena; dijo Martin: “el partido será el Sábado a las 11:30 de la mañana y a puertas cerradas”.
El viernes fue a dar un paseo y se encontró a unos jugadores que querían jugar en su equipo, los niños le dijeron: “¡Martin!, ¡Martin! ¿nos enseñas algún truco para ser mejor portero?”.
Fue Martin a donde ellos y les dijo: “Un truco muy bueno es cuando esta el balón en el area contraria tienes que salir hasta la media luna del area”.
Los niños dijeron: “¡vale, lo haremos en los partidos! confiaremos en lo que nos has dicho”, dijeron los niños.
Martin les respondió: ¡vale!. Se fue hasta que vio a una chica muy guapa y se quedo mirando a la chica; sin querer se choco contra una farola; luego siguió andando y se fue hasta su casa.
Se echo a dormir.
Llego el Sábado, llego el gran penalti; se preparo para chutar pero, no se sabe como, pasaron los padres de Martin al campo; fue a chutar, pero el árbitro dijo que estaba el balón mal colocado; cuando fue otra vez a chutar el portero pidió pasos; por fin chuto a colocar a la escuadra y ¡gooool!. Todos se alegraron y ganaron la copa; todos empezaron a cantar: ¡¡¡Campeones, Campeones!!!
Lucas y Selena se casaron, vivieron felices y comieron perdices.

Cuento de Cristian García

La historia de Elena

Érase una vez dos personas que no tenían hijos. El marido, Marcos, no quería tenerles porque les podía dar la chapa al dormir. Él trabajaba en el supermercado que se llamaba Carrefour. La mujer sí quería tener una niña y quería llamarla Pepita; le gustaba mucho ese nombre a la mujer, que se llamaba Jana.

Un día Jana fue al médico y le dijo que sí iban a tener una niña; a Jana le dio mucha ilusión tener una niña, pero cuando se lo dijo a Marcos, cuando vino de trabajar, se quedó pensativo. Cuando le dijo su mujer que iban a tener una niña, Marcos se lo estaba pensando y le dijo a Jana que necesitaba pensarlo un poco más.

Marcos al cabo de cinco días le dijo a Jana que le parecía bien, pero Marcos tenía otro nombre pensado que era Elena. A Jana le parecía bien ese nombre porque tenía una prima llamada Elena. Marcos le había dado una buena idea.

Jana se lo dijo a toda su familia: primos, abuelos, padres,…

Marcos hizo lo mismo, también se lo dijo a sus amigos; Jana se sintió molesta porque se lo dijo a sus amigos.

Al cabo de unos meses Jana, a las 22.30 de la noche, ya tenía a la niña a punto de nacer y se tuvieron que ir a la residencia.

Cuando nació Elena toda la familia de Marcos y Jana estaban muy contentas.

Al cabo de bastantes meses Elena ya sabía hablar; sus padres estaban muy contentos porque Elena ya decía bastantes palabras.

En los siguientes meses llegaban más personas de sus familias y también llegaban amigos de los dos. También les traían muchos regalos, ropa, etc.

Cuando Elena cumplió dos años ya sabía hablar muy bien y también caminar. Ese día, 9-9-2005, que era su cumple, invitaron a muchas personas, amigos, etc.; la trajeron muchas cosas; Elena estaba muy contenta por los regalos, aunque sus padres le tuvieron que ayudar a abrir algunos.

Esta historia acabo en un final muy feliz entre Marcos, Jana y Elena.

Firmado: CR7